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¿Es la impuntualidad pecado?

Esta pregunta tiene dos posibles respuestas, SI y NO, cada una de las dos tiene que ser considerada dentro de un contexto en particular.

Pero antes de hablar sobre cuales serían los contextos en donde no sería pecaminoso el ser impuntual, hablemos sobre el fundamento para querer vivir la puntualidad, para que queramos honrar a Dios con vidas dignas del evangelio cuando consideramos este tema.

Vayamos a ver que dice la palabra de Dios sobre este tema tan importante para la vida y la piedad.

Efesios 5:15-16
“15 Por tanto, tengan cuidado cómo andan; no como insensatos sino como sabios, 16 aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.”

Colosenses 4:5
“5 Anden sabiamente para con los de afuera, aprovechando bien el tiempo.”

Hemos considerado por lo menos dos versículos del nuevo testamento que hablan de manera muy clara sobre la necesidad de que un creyente en Jesús quiera manejarse con sabiduría en muchas áreas de su vida, donde la puntualidad debería de ser una de ellas y así no caer en la insensatez. Hay un versículo más que consideraremos mas adelante, sin embargo, siempre que predico hago este comentario a los que me escuchan, “¿Cuantas veces tiene que darnos Dios un mandamiento en su palabra para que la queramos obedecer?”—Tú sabes la respuesta—una vez es más que suficiente.

Pablo el apóstol de Jesucristo inspirado por el Espíritu Santo de Dios, quiere que aquellos en quienes mora el Santo Espíritu de Dios consideren la puntualidad en sus vidas como un acto de adoración que revela la sabiduría de Dios en su manera de vivir, y que demuestra el amor por los demás.

Cuando Dios nos pide obedecer algo, es por que normalmente ya nos ha dado el ejemplo, consideremos el siguiente texto:

1 Timoteo 2:5-6
“ 5 Porque hay un solo Dios, y también un solo Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre, 6 quien se dio a sí mismo en rescate por todos, testimonio dado a su debido tiempo.”

Hay algo que Dios hizo en el plan de redención de la raza humana donde consideró una misión de rescate encabezada por su Hijo Jesús, y en donde el tiempo fue considerado de manera debida. Dios no se atrasó, ni se adelantó en enviar a su Hijo para salvarnos, Él propuso un tiempo perfecto para revelarnos al Hijo, con este acto nos deja ver cómo es que el tiempo es importante para Él. Dios que es infinito y no sujeto al tiempo y espacio, consideró el tiempo y espacio para enviar a Jesús para rescatar lo que se había perdido.

Para Dios el tiempo debido fue muy relevante en el proceso de revelarnos a su Hijo encarnado, Dios espera que el tiempo sea igual de relevante para cada creyente que profesa fe en el Nombre de Jesús, nos lo ha hecho saber con su ejemplo, y nos lo ha revelado en las cartas que Pablo escribe a las iglesias, y en forma de mandamientos.

Cuando no estamos aprovechando bien el tiempo que Dios nos permite vivir en esta tierra, estamos no solo pecando, sino que tampoco estamos amando. Dios nos dio a su Hijo a su debido tiempo motivado por el amor, y de la misma manera espera que nosotros administremos nuestro tiempo con sabiduría, y motivados por el amor, primeramente a su persona, y después a nuestro prójimo.

Mi impuntualidad es falta de amor, el caer en esta práctica revela muchas cosas malas en mi corazón.

Observemos un ejemplo en el contexto de la vida de la iglesia local.

Cuando no llego puntual para ser parte de las actividades de la iglesia en la que me congrego, estoy mandando este mensaje a Dios y a los demás:

“Dios no me importa tanto como para darle mi tiempo y puntualidad.”

“Las personas que hicieron algo para considerar mi presencia en la congregación, no me importan tanto como para honrar su tiempo y su servicio.”

“El que algunos hayan tenido que llegar más temprano de lo normal para los preparativos del servicio dominical, no me importan tanto.”

“El que se hayan acomodado sillas y limpiado baños previo a mi llegada, no me importa tanto.”

“El ensayo musical que tuvo con anticipación el ministerio de alabanza, no me importa tanto.”

“Las oraciones que se oraron previo al inicio del servicio, no me importan tanto.”

“La comunión con los hermanos en un contexto de servicio y colaboración, no me importa tanto.”

“El tiempo de los demás no me importa tanto, ya que es mi tiempo el que importa, el tiempo de los demás puede esperar. Son otros los que se tienen que ajustar a mi tiempo, no yo al de los demás”

Si al leer estas frases te sientes incomodado, muy probablemente es porque sabes que esto es verdad, no es necesario que lo expresemos con palabras, nuestras acciones delatan mucho de lo que somos y pensamos.

Cuando soy motivado por el amor, entonces entiendo que mi tiempo no es mío, sino de Dios, y que Él quiere que de mi tiempo para el servicio de los demás, considerando a otros, priorizando a otros, invirtiendo en otros, amando a otros con mi tiempo.

Por ejemplos como el anterior, y muchos otros que pudiéramos ejemplificar, SI es pecado ser impuntual.

Y NO es pecado ser impuntual cuando consideramos todo lo que estaba en nuestras manos hacer para ser puntuales, cuando fuimos prudentes y sabios en la administración del tiempo, pero un factor externo interrumpió nuestra sabiduría en la administración de nuestro tiempo, y como consecuencia llegamos tarde, algo fuera de lo ordinario que se interpuso en nuestra vida, y esto alteró nuestra devoción a Dios en considerar el amor a su persona y a los demás, un factor externo que interrumpió el proceso de darle mi tiempo a Dios, mismo que me dio para dar al servicio de los demás.

Ejemplos de estos factores externos van desde una enfermedad, un accidente, tráfico fuera de lo normal, una falla en el servicio de transporte colectivo, entre otros que de manera razonable pudieran entrar en esta lista.

Todos en algún momento seremos impuntuales y para esos momentos de impuntualidad se espera que sea la misma gracia del evangelio la que se nos extenderá, y la que nos traerá descanso en medio de nuestro fracaso. De la misma manera se espera que esto nunca se convierta en una práctica que caracteriza nuestra conducta frente a los demás, porque hemos entendido que la impuntualidad es pecado, ofende a Dios, deshonra sus mandamientos, y revela falta de amor hacia Dios, y hacia los demás.

Ahora que sabes que la impuntualidad es pecado, espero que el Dios de la puntualidad sea tu motivación más profunda para querer vivir una vida caracterizada por la puntualidad, que revela el amor por su persona y por los demás.